domingo, 5 de abril de 2009

Plantó cara..., pero no es suficiente

El Sevilla, una vez más y en una historia que siempre se repite, salvo ocasiones muy pero que muy contadas, se llevó los tres puntos del Nuevo Colombino con una exigua ventaja fruto de un claro penalty transformado por Kanouté.

El partido comenzó vibrante; no era para menos. En fondo, más de mil sevillistas y algunos dispersados por Gol Sur y otras partes del campo, gradas que tardaron en llenarse, pero al final se rozó el lleno. Ambiente de gala para recibir a un Sevilla que en el primer minuto de juego avisó de sus intenciones. En estos instantes iniciales, Navas llevaba todo el peligro por su zona y mostraba el guante que tiene en su pierna derecha. Pero a pesar de los dos remates sevillistas que estuvieron a punto de entrar, el Recre empezaba a tener un mayor control del juego fruto de un gran desgaste físico. Los jugadores eran muy conscientes de lo que había en juego. Y fruto de ese empuje llegaron un par de ocasiones muy claras que Maidana no supo finalizar cuando lo tenía todo a favor. Era el mejor momento del Decano, que ofreció una buena cara en los primeros 25 minutos.

Pero el destino volvería ser cruel una vez más en este tipo de duelos y pasada la media hora, en una jugada por banda izquierda del Sevilla que apenas llevaba peligro se complicó en demasía en tareas defensivas y acabó con un clamoroso penalty de Poli que llegó muy tarde al cruce, barriendo la pierna del jugador sevillista cuando éste se disponía a lanzar. Kanouté no se puso nervioso y ejecutó la pena máxima desde los once metros que a punto estuvo de sacar Riesgo. 0-1 en el marcador y aunque quedaba mucho partido, el desamparo empezaba a invadir al respetable. A partir de aquí prácticamente se acabó el Decano de la primera mitad. El equipo se aculó atrás, se mostró nervioso y estuvo cerca de encajar un segundo gol. Lo mejor era que llegase el descanso.

Al inicio de la segunda parte, Lucas, contra las cuerdas, no tuvo más remedio que mover el banquillo, y dio entrada a Sisi por un desacertado Poli, retrasando así a Aitor al lateral. Buen partido del albaceteño, que reaparecía tras su enfermedad, pero que aguantaba excesivamente la pelota ante la ausencia de compañeros. Ya Colunga en la primera mitad hizo una jugada contra 4 defensores sin que nadie acompañase. Se le vio buen tono al pequeño jugador y sin duda su recuperación es una buena noticia para lo que queda de temporada. Pero el Recre no creaba excesivo peligro y el Sevilla se mostraba cómodo tocando y tocando, haciendo lo que más le gusta, contragolpear. El Decano no era capaz de poner en evidencia a un central tan sumamente lento como Mosquera. Pasaban los minutos con más pena que gloria y el equipo no reaccionaba. La apatía, el inconformismo y la impotencia reinaba en el ambiente.

Pero entonces, mediada la segunda mitad, el técnico terminó de mover a sus hombres. Akalé entró por un irreconocible Maidana y tres minutos más tarde, algo casi inédito, Lucas confiaba ?¿ en Ersen Martin para que le sacase las castañas del fuego. No había más, otra opción hubiese sido meter a Nayar, pero el entrenador, con la soga al cuello, no tuvo más remedio que claudicar ante lo que casi todo el mundo pensaba. El turco volvía a pisar un terreno de juego por un horrible Jesús Vázquez que no está para nada en los últimos encuentros. Esos instantes que transcurrieron desde que se despojaba la camiseta hasta que saltó al campo fueron suficientes para que en la grada naciese un tímido rayo de esperanza. El público se vino arriba. Ahora era el momento, y la gente lo sabía. Los dos primeros balones que tocó Ersen lo hizo con mucho sentido y el equipo parecía tener más frescura. Curiosamente, con él en el campo, el Recre empezó a sobar algo más la pelota y a jugar por abajo, justo todo lo contrario de lo que habían estado haciendo con Colunga en la primera parte.

Hubo 15 minutos donde el gol se presentía, pero desafortunadamente éste no llego. Ni córners, ni barullos en el área, ni centros de Iago, ni nada, no había manera de perforar la portería de Palop. La fuerza inicial se iba agotando aunque aún se pensaba empatar en el último suspiro, pero por parte sevillista, Koné avisaba nuevamente en un mano a mano y Riesgo hacía su trabajo, evitando el que pudo ser el 0-2. El partido estaba roto.

Al final, lo de siempre, un Sevilla que golpeó primero y que tuvo tres o cuatro ocasiones claras terminó venciendo con algo de suerte, mientras que el Recre lo dió todo y ya espera la llegada del siguiente partido en casa. Así lo hizo Colunga, provocando la quinta tarjeta amarilla, que no estará en Barcelona. Tampoco estará Aitor, que en la prolongación vio la segunda tarjeta amarilla.