domingo, 17 de mayo de 2009

Se acabó

Aunque no es matemático, la merecida derrota del Decano en el estadio de los Pajaritos por 1-0 le coloca colista con 33 puntos y a la espera de saber si será equipo de segunda división la jornada 37 o 38; lo mismo da, que da lo mismo.

Sin entrar en el análisis detallado del partido, ¿se puede plantear tan mal un encuentro?. Hoy el Recre se jugaba el ser o no ser, pero da la sensación de que los jugadores no creen en lo que hacen o se les dice que hagan. Una vez más se vuelve a exponer/hacer muy poco: un delantero, Colunga muy sólo arriba, y el resto por detrás del centro del campo. Durante todo el partido el Numancia ha acumulado ocasiones y remates de todos los colores sin hacer un juego preciosista, pero al menos lo intentaban y mandaban hombres arriba. En el Recre, el lateral derecho un auténtico coladero (de dónde ha salido este suizo?) y el centro del campo muy pero que muy plano, además de estar físicamente fundido. Casi todos han jugado mal o muy mal, a excepción de Lamas (partidazo el suyo hoy), Riesgo (atento en todas y muy regular, como de costumbre) o Aitor, que volcó gran parte del intento de juego recreativista. No se escondió.

Avanzaba el partido y no la olíamos... Descanso y sin goles. ¿Pensaría el gran estratega que tenemos por entrenador que el 0-0 nos podría venir bien? Nuevamente no hubo reacción ya que el primer cambio fue obligado por la lesión de Colunga, que volvió a apoyar mal su maltrecho tobillo. Al menos hoy sólo estuvo dos minutos cojeando sobre el terreno de juego y no quince. Ersen entró sustituyéndolo, pero el equipo seguía atrás, esperando que se le apareciese la virgen del Rocío para incomodar al portero soriano, que ha tenido el partido más tranquilo de lo que llevamos de liga... Mientras tanto, el dominio numantino continuaba y todo parecía indicar que eso estaba bien, que bastaba. De momento el Recre no encajaba goles y se encomendaba a esa ley no escrita en el mundo del fútbol que dice que el que perdona termina pagándolo. Un punto más y quedando aún dos jornadas dan para muchas cábalas. Los cambios restantes tardaban en llegar. No se asumían riesgos. En el último tramo entraron Marco Ruben y Nayar, pero su presencia fue prácticamente testimonial y no aportaron nada.

Y sucedió lo que tenía que suceder... El destino había reservado un cruel final ante tal exhibición de racanería: Perder de la peor forma posible, con un penalty injusto y casi en el último minuto. Más de uno ha respirado tranquilo con este resultado; por fin se acabó la agonía y la angustia. Ahora vendrán momentos duros y seguro que saldrán cosas de la lavandería, pero con independencia de eso, ¿hasta cuando se van a reir delante de nuestras narices? ¿cómo se pueden soportar ciertas cosas?, ¿quien asume responsabilidades en todo esto?.

El próximo enfrentamiento frente al Racing la afición tiene su última oportunidad de mostrar su parecer sobre la temporada y las decisiones que se han tomado, empezando por la errónea contratación de Luis Lucas Alcaraz González.