CAMBIO RADICAL

Con mayúsculas. Mucho deben cambiar las cosas para que mañana, a partir de las 17:00 horas, el Recreativo muestre otra cara bien distinta a la que nos tiene acostumbrados en las últimas jornadas. Y es que, aparentemente, no existen suficientes indicios como para pensar que se esté gestando un cambio de mentalidad, sino más bien todo lo contrario; continuidad en los planteamientos.

Llegados a este punto, nos encontramos en la jornada 34 con un equipo que se encuentra a 4 puntos de la permanencia, que marca el Getafe, a falta de 5 partidos para el final [Osasuna (f), Deportivo (c), Numancia (f), Racing (c) y Sporting (f)]. Las matemáticas dicen que nada impide culminar la hazaña de obtener un año más el derecho de enfrentarse a los mejores equipos de España, pero sin embargo, las sensaciones son bien distintas. La semana comenzó con unas declaraciones bastante realistas de Michael Dumois en las que prácticamente asumía el descenso de categoría. Eso sí, sin llegar a admitir excesivos errores, aunque entre líneas se percibía un aura de pesimismo y de incomodidad con el manejo de la situación poco común. A colación, como casi siempre, el Presidente insistía en la misma idea y abogaba por estar con el equipo hasta el final apelando a los "recreativistas de verdad", discurso, por cierto, muy manido y vacío de contenido.

La semana continuaba con declaraciones de jugadores expresando su sentir y lo mal que lo han pasado tras la derrota ante el Mallorca, si bien se insiste en que aún es posible y que el partido frente a Osasuna es vital. Hasta se ha dado a entender que el grado de compromiso de los integrantes de la plantilla no es homogéneo. En definitiva, parece que el ambiente está enrarecido, y más aún si empiezan a salir trapos sucios como los casos argentinos.

La afición, mientras tanto, navega a duras penas en un mar de apatía y desasosiego aderezado con grandes dosis de incredulidad por lo que está ocurriendo, queriéndose agarrar a la esperanza como último recurso para superar los problemas y evitar el naufragio. Ven en este partido una última oportunidad de empezar a redimir todos los pecados de esta temporada a pesar de haber estado esperando un cambio así desde hace varias jornadas. El técnico, Lucas Alcaraz, tiene mucho que decir en esto. Tal vez (ojalá, que pensarán algunos), ahora que se encuentra definitivamente con el agua al cuello y que tiene ante sí una situación muy crítica, le dé por cambiar.... Ya en la anterior etapa, en la segunda vuelta, vimos, aunque de forma transitoria, un cierto avance en su forma de ver el fútbol. Fue entonces cuando el equipo jugó mejor y se alcanzaron los mejores resultados. En ésta que nos ocupa, ya sea por casualidad o por convencimiento, el cambio de sistema realizado en la parte final de la primera vuelta y, sobre todo, la apuesta por un hombre tan olvidado como Barber, hizo que el equipo poco a poco volviese a ver la luz y "tirase para arriba".

Ya avisábamos aquí que la coyuntura no era del todo adecuada para lograr el objetivo y que si el equipo, tras verse con cierto desahogo, volvía a estar en una posición delicada, el shock producido a escasas jornadas para el final podía dejar el equipo muy tocado y casi hundido. A decir verdad, no era muy difícil verlo. Atrás quedan partidos que incomprensiblemente no se ganaron, especialmente el de Getafe, que afectó más de lo que muchos creen, pero ahora no hay tiempo para pensar en el pasado.

Ejemplo de lo que podría ser el antes y el después (Extreme Makeover)

La solución pasa porque Lucas sufra un CAMBIO RADICAL, como en aquel programa de antena 3 al que muchos acudían para cambiar su físico al no sentirse a gusto con él o por cuestiones de salud. Pero este cambio debe tener un calado mucho más allá de las simples apariencias. Debe ser profundo y con tendencia continuista de aquí a final de liga. Hay que saber motivar a todos y cada uno de los integrantes de la plantilla. Ellos dan todo lo que pueden pero necesitan creer, disfrutar haciendo lo que hacen. Los mejores deben jugar. Dos delanteros, bandas ofensivas, centro del campo más creativo..., que el rival tenga que preocuparse en defender. Puestos a perder o a empatar, al menos pongamos encima del terreno de juego todas nuestras bazas. Luego habrá tiempo para tomar aquellas decisiones que sean oportunas.

No hay nada que perder. El descenso ya lo tenemos asegurado en estos momentos.... y en el horizonte, el riesgo de que la pasión recreativista que tanto se ha afianzado en los últimos años comience a resquebrajarse.